James y Jennifer Crumbley conocieron la sentencia el martes en un tribunal de Michigan, donde un juez dictó sentencias de 10 a 15 años de prisión para cada uno de ellos. Esa era la pena máxima a la que se enfrentaban e Hizzoner los castigó duramente. Ellos están recibiendo 858 días acreditados por el tiempo servido.

Recuerden, la madre y el padre de Ethan, responsable de un tiroteo masivo en una escuela secundaria, fueron acusados de homicidio involuntario después de que su hijo disparara y matara a 4 personas de su colegio en 2021.

Sus veredictos de culpabilidad fueron considerados históricos, ya que representan la primera vez que los padres son declarados penalmente responsables por el comportamiento de sus hijos. Los fiscales argumentaron que tanto James como Jennifer podrían haber impedido que Ethan realizara el tiroteo, ya que había claras señales de advertencia.

Jennifer había testificado durante el juicio que James era responsable de ocultar el arma que Ethan terminó usando, pero al final, el jurado encontró que ambos eran igualmente responsable de las muertes.

Los fiscales le habían pedido a un juez que impusiera severas penas, señalando que no habían mostrado ningún remordimiento por sus acciones, o bien, no habían ayudado en prevenir la terrible tragedia.

Los Crumbleys, por su parte, solicitaron la libertad supervisada. Pidieron ser puestos bajo arresto domiciliario, argumentando que ya habían servido un tiempo más que suficiente por el crimen al que fueron condenados. Claramente, los fiscales obtuvieron lo que pidieron.

En cuanto al propio Ethan, el joven ya fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de acceder a la libertad condicional. Solo tenía 15 años cuando llevó a cabo el tiroteo y ahora va a cumplir 18 años. Sus padres han estado tras las rejas durante los últimos 2 años, mientras se desarrollan sus casos.