La actriz tropezó con todo el asunto de Ozempic mientras hablaba con The New York Times Magazine, donde explicó que había oído rumores sobre "una píldora que la gente está tomando o algo así", pero ella no sabía exactamente lo que era.

Algo a tener en cuenta es que Ozempic es originalmente un medicamento para tratar la diabetes tipo 2, que se usa fuera de indicación en Gran Bretaña, de donde es nativa Kate, pero no es tan popular como lo es aquí en los Estados Unidos.

Como resultado, Kate estaba aparentemente horrorizada cuando se enteró para qué se ha estado utilizando. Dijo que sonaba "terrible" y en su lugar animó a la gente a comer más.

El disgusto de Kate con esta estrategia para perder peso a escondidas tiene sentido total si tenemos en cuenta el escrutinio público al que se ha enfrentado por su propio cuerpo, especialmente desde sus días en Titanic, por allá en el 97.

Ella le dijo al medio que los comentarios sobre su peso llegaron a tal punto que comenzó a luchar contra un trastorno de la alimentación, que se lo guardó para sí misma en ese entonces.

Desgarradoramente, Kate compartió que cuando perdió peso, la gente comentaba lo bien que se veía, reforzando esta idea de que verse bien estaba directamente relacionado con cuánto pesaba.

Hoy en día, cuando la gente trata de hacer comentarios sobre el peso de Kate, ya no engancha para nada y se apresura en llamarles la atención al instante. Es seguro decir, que Kate ha tenido malas experiencias con el tema, por lo que sus sentimientos sobre Ozempic no son tan sorprendentes.