Priscilla Presley estuvo muy cerca de ser una Kardashian, si su lealtad inquebrantable hacia su ex Elvis Presley y sus pocas habilidades para cocinar, no hubieran sido un problema para Robert Kardashian.
A la luz de la nueva película basada en su romance con el rey del rock & roll, Priscilla ha estado haciendo un montón de promoción últimamente, revelando en un conversatorio que "nunca quiso casarse de nuevo", después de Elvis, porque nadie podría igualarlo.
Y nadie conocía de mejor su devoción por el icono de la música que Robert, quien estaba loco por ella cuando se conocieron y pensaba que se casarían y tendrían hijos juntos.
Sin embargo, en extractos del libro "The Kardashians: An American Drama", revisitados por TMZ, se dice que con frecuencia que se sentía como una "tercera rueda", ya que Elvis interrumpía repetidamente su romance de maneras extrañas y controladoras.
En el libro, un amigo cercano recordó a Robert quejándose de que Elvis la llamó mientras estaban teniendo sexo y que luego apoyó teléfono en la cabecera de la almohada, justo entre ellos, obligándolo a escuchar toda su conversación. Incómodo.
Por otra parte, añadió que a pesar de su separación, Elvis no quería que su ex viera a otros hombres por el bien de su hija Lisa Marie, lo que molestó a Robert.
Otro golpe para Robert fue que su hermano mayor Tom también estaba interesado en Priscilla y cuando ella eligió Rob se encendió la envidia dentro de Tom.
Pero el amigo de Rob, Joni Migdal, cuenta que la gota que rebalsó el vaso fue cuando una noche Priscilla le preparó una comida que él ODIÓ, a raíz de lo cual le sugirió que nunca más le hiciera la cena.
Su deseo de forjar una vida juntos con Priscilla se disipó poco después, y como todos sabemos, Rob luego se casó con Kris Jenner, dando la bienvenida a sus cuatro hijos, Kourtney, Kim, Khloe y Rob, ahora algunas de las figuras más notables de la industria del entretenimiento. Rob y Kris Jenner estuvieron casados entre 1978 y 1991.
Priscilla nunca olvidó a Robert. La última vez que lo llamó fue durante sus últimos días de vida en 2003, cuando estaba enfermo de cáncer, para "decirle suavemente que lo amaba".